domingo, 30 de octubre de 2016

John Banville / El intocable / Reseña de Iñigo Pereyra




John Banville

EL INTOCABLE


Reseña de Iñigo Pereyra

Richard Ford / Mis libros favoritos



Seguro que a muchos de los lectores les suena El Círculo de Cambridge o Los Cinco de Cambridge. Me refiero a un grupo de cinco alumnos de esta famosa universidad británica, que fueron reclutados por el servicio de espionaje soviético en los años treinta. Precisamente, esta historia verídica, es la base de la novela que hoy reseño, escrita por John Banville, flamante Premio Príncipe de Asturias 2014. No nos encontramos ante una novela histórica, pero su base real y algunos acontecimientos históricos, sobrevuelan a lo largo de su redacción. Los nombres han sido cambiados, pero parte de los hechos se basan en experiencias vitales protagonizadas por estos cinco personajes, cercanos en sus años jóvenes a las ideas socialistas, que por diferentes razones trabajaron para la Unión Soviética, hasta bien entrados los años 60.



El protagonista de la novela, está basado en Anthony Blunt, uno de los cinco espías del grupo. Con el nombre de Victor Maskell, el autor nos presenta al personaje más controvertido y especial del círculo. Historiador de Arte, tenía contacto diario y directo con los monarcas británicos, ya que era el conservador jefe de la pinacoteca real, además de estar muy bien relacionado en los altos estamentos de la cultura y el gobierno. Fue reclutado años antes de la guerra, en un momento en que las ideas socialistas hacían suspirar y soñar a buena parte de la juventud británica. Sus razones para tomar esta decisión, no se basan en la mera traición a su país, sino más bien a la firme oposición frente al avance del nazismo en Europa. Posteriormente, su acervado odio hacia los EEUU y su postura en Europa, le hizo mantener su posición de agente soviético. En los años 60 es descubierto, pero mediante un acuerdo logra eludir prisión y mantiene su colaboración con el gobierno británico, hasta que por razones, más políticas que reales, el gobierno de Thatcher, lo descubre públicamente, haciéndole caer en desgracia. Y aquí es donde comienza nuestra novela, que viaja entre la realidad de un hecho histórico y la ficción que ahonda en la personalidad y el entorno del famoso grupo de espías.

Tras el anuncio televisado de la noticia, Maskell decide contar su vida y vivencias a una curiosa y joven periodista. Poco a poco va presentando su vida, sus compañeros de viaje y las circunstancias que rodean los acontecimientos durante más de cuarenta años. Porque no se trata solo de una novela de espías. Es más, no la considero una novela al uso del género de espionaje. Es mucho más que eso. Es verdad que tras sus páginas encontramos momentos propios de secretos mensajes, reuniones clandestinas e intrusiones en determinados departamentos del gobierno. Efectivamente, el marco sobre el que gira la novela es este. Pero más profundo y detallado, es el viaje que realiza el autor a lo largo de la vida personal y sentimental de Víctor. 

Varias características ahondan en esta cuestión. Por un lado la homosexualidad del personaje y de otros compañeros de carrera. Las relaciones a escondidas y prohibidas en una sociedad tradicional, hacen que su reducido entorno comparta el secreto de su misión, con su propia realidad sexual. La convivencia en un apartamento del Soho, junto a otros compañeros, hace de su universo algo secreto, insondable, íntimo, a la vez que peligroso. Casi más que su propia situación de espía, la cual casi resulta un juego, un complemento a la nocturnidad y soledad de su homosexualidad. 

Otro factor definitorio de nuestro protagonista, es su amor incondicional por el arte pictórico, sobre todo por la obra del pintor barroco francés, Poussin. Particularmente su pasión por una obra, de la que es propietario, "La muerte de Séneca". Constantemente las alusiones a su pintura, al arte y al trabajo de conservador de la galería de la Reina, surgirán paralelamente a su vida de esteta, en la que la homosexualidad y el espionaje, marcarán sus relaciones consigo mismo y su entorno.

John Banville, nos muestra en una redacción en primera persona, una historia, la historia de Victor Maskell, en la que poco a poco y conforme recuerda su pasado, va decapando su vida y los acontecimientos que suceden a su alrededor... Desde su época de universitario, pasando por los acontecimientos de la guerra civil española y la posterior guerra mundial, hasta la oscura guerra fría, donde el desencanto por una idea, la soviética, casi caduca, deviene a nuestro personaje a dedicarse por completo a su pasión, la pintura. Con un ritmo lento, algo denso, pero riquísimo en descripciones, sentimientos y amistad, Banville se sumerge en la pasión, en el amor y el deseo homosexual, y por qué no, en la desorientación de cada uno de sus compañeros de viaje. Su investigación del alma humana, supera la banalidad de la historia de espionaje, que siendo buena, no es el nudo del relato. La realidad homosexual, el amor por la pintura, la soledad del incomprendido, las bacanales donde la ginebra y los jóvenes, son el nexo de este grupo de personas, que naufragan en un tiempo, en una sociedad, a la que pertenecen, pero de la que no creen formar parte. Y todo ello, Banville, lo genera con una narrativa elegante, casi aristocrática, jugando con los diálogos y los largos párrafos. donde el protagonista interioriza sobre su realidad y su futuro, y por qué no, también sobre su pasado. Un novela madura, llena de simbolismos, que no dejo de recomendar. Gratificante, poderosa y contada con cierto sentimentalismo, propio del que cuenta una vida pasada, que no por ello estéril.





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